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El sistema democrático según los clásicos
Al visitar el museo del Ágora de Atenas no podríamos dejar de acercarnos al Kleroterion. Los atenienses usaron este peculiar dispositivo para elegir a sus representantes públicos. Si bien no se trataba de un circuito de procesadores de inteligencia artificial, era un prodigio de bingo democrático tallado en piedra.
En esta época, los ciudadanos contaban con una suerte de documento de identidad que consistía en una placa de bronce o de madera con su nombre tallado. A su vez, el kleroterion se componía de un gran número de ranuras ordenadas en filas donde cada ciudadano introducía su placa.
En cada nuevo sorteo una serie de bolas de color blanco y negro se mezclaban aleatoriamente, antes de terminar cayendo por filas. Los ciudadanos cuya placa coincidiera en una de las filas con bola blanca, volverían a sus quehaceres. Sin embargo, aquellos cuya placas de identidad se encontraban con una bola negra, se convertían en representantes de la gran Atenas. Un sistema que duró siglos de gobierno y que contaba con grandes defensores como Platón.
A pesar de que su obra, su patria y su tiempo sentaran los cimientos de la democracia en Europa, Platón era más fan del azar que de las elecciones. En su República pone en boca de Sócrates la metáfora de la política como la navegación de un barco: ¿quién está preparado para tripular una nave y llevarnos a buen puerto: profesionales cualificados en las ciencias náuticas o cualquiera que elijamos al azar?
Imagino que nadie estaría dispuesto a embarcarse en un crucero eligiendo la tripulación en un sorteo… pero como todo en La República, la historia invita a la reflexión acerca de lo justo en la humanidad. Entonces, ¿cualquiera podría tripular la embarcación? ¿Es esa la mejor opción? Hay truco.
Para Platón, las ciudades-estado debían contar con una población tan educada que todos pudieran ejercer política del mejor modo posible. De hecho, los griegos fueron pioneros en la lotería democrática y en otras muchas alternativas de participación cívica.
Democracy in Practice: un nuevo modelo de democracia estudiantil
Si la innovación ha logrado ver más lejos es porque se ha subido a los hombros de sus clásicos.
En nuestro presente, el uso de todos estos modelos es una fuente de inspiración y una herramienta educativa muy potente para las escuelas. Porque las elecciones por voto a las que estamos acostumbrados no son el mejor modelo de educación cívica.
La medida de toda democracia es la medida de su sistema educativo. No solo porque en las escuelas se ensayan las primeras experiencias democráticas de cada ciudadano, sino porque el nivel de competencia de la población es el nivel de competencia de sus órganos de gobierno.
Volvamos de nuevo a Bolivia. Aunque suene sorprendente, las elecciones aleatorias no solo se practicaron en Atenas. Un Aillu era una forma de comunidad inca de los Andes, especialmente entre las quechuas, con participación y rotaciones organizativas. Así que no es extraño que el proyecto Democracy in Practice comenzara echando sus raíces en Cochabamba.
Democracy in Practice es una asociación sin ánimo de lucro que nació en el año 2013 con el objetivo de reinventar las formas y los modos de participación de los estudiantes en los gobiernos escolares.
Bebiendo tanto de las propuestas más innovadoras, como de los clásicos de la participación social, se dedica a transformar y mejorar la democracia, tomando como centro del proceso las escuelas y los órganos estudiantiles.
En definitiva, un proyecto dedicado a la experimentación, innovación y capacitación democrática en el que Adam Cronkright y Raúl Olivera Pereira vienen trabajando con escuelas de Bolivia, donde la rotación de cargos públicos es una práctica con profundas raíces culturales.
Para Democracy in Practice, las elecciones escolares se han convertido en un territorio vetado. Con esta práctica, solo los estudiantes más carismáticos, responsables o preferidos (en muchas ocasiones tan solo por el profesorado y no por los alumnos) presentan su candidatura y resultan elegidos. Sin embargo, ¿no son los estudiantes más idóneos para el cargo, aquellos que más necesitan aprender sobre responsabilidad y liderazgo?
Para Democracy in Practice, las elecciones escolares se han convertido en un territorio vetado. Solo los estudiantes más carismáticos, responsables o preferidos presentan su candidatura y resultan elegidos. Sin embargo, ¿no son los estudiantes más idóneos para el cargo, aquellos que más necesitan aprender sobre responsabilidad y liderazgo?
Escuela21
Democracy in Practice: un modelo para repensar los modos de participación estudiantil en los gobiernos escolares en Bolivia
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Claves para la aplicación de este nuevo modelo en la escuela
Las elecciones por votación en las escuelas pueden convertirse en un medio de exclusión donde, desde muy niños, aprendemos que solo algunas personas están preparadas para dirigir y que el resto votamos de cuando en cuando. Usando las palabras de Democracy in Practice:
“No utilizaríamos un concurso de popularidad para decidir qué estudiantes aprenden matemáticas o historia, entonces ¿por qué lo hacemos con el liderazgo y la educación cívica?”.
Así que, ¿cómo lograrlo? ¿Cómo ayudar a cualquier alumno a convertirse en un líder y formar parte activa de los órganos de gestión? ¿Cómo ofrecer las mismas oportunidades a Roxana y Richard para comprometerse con la democracia desde la escuela?
Apostemos por:
- Las elecciones por sorteo y la diversidad de cargos representativos, impulsando que todos los estudiantes puedan participar en las tomas de decisiones importantes de los órganos de gobierno de su escuela.
- Fomentando el aprendizaje de habilidades concretas y necesarias de liderazgo y responsabilidad para la representación en comunidad. Si cualquier estudiante puede resultar elegido, cualquier estudiante puede aprender a ejercer sus funciones con competencia, impulsando la escucha activa, la facilitación de equipos y reuniones, la planificación y ejecución de proyectos…
- Acortando el tiempo de las legislaturas y aumentando las elecciones por curso escolar, así como las oportunidades de trabajo en equipo para la coordinación entre legislaturas.
Apostemos por las elecciones por sorteo y la diversidad de cargos representativos, fomentando el aprendizaje de habilidades concretas y necesarias de liderazgo y responsabilidad, acortando el tiempo de las legislaturas y aumentando las elecciones por curso escolar.
Escuela21
Una propuesta práctica: de la figura del Delegado a la de los Ministerios Escolares
Hay vida más allá de los puestos Delegados y Subdelegados. Amplía los cargos y sus funciones. Las elecciones más clásicas nos tienen acostumbrados a elegir solo Delegados. Sin embargo, la variedad de sus funciones y su complejidad hace que, en muchas ocasiones, los representantes elegidos no puedan hacerse cargo de todas.
Si queremos que nuestros alumnos comprendan la vida en democracia y que participen de forma activa desde las escuelas, necesitamos disponer de un mayor número de cargos, otorgando funciones variadas que superen la figura del Delegado. Atrévete con:
El Ministerio de las Emociones
- Encargado de fomentar la convivencia entre los alumnos del grupo,
- Ofrecer apoyo en discusiones personales más allá de lo académico,
- Mediar en conflictos emocionales,
- Fomentar la participación en las actividades sociales,
- Contribuir en la generación de una buena convivencia durante los recreos…
El Ministerio de Asuntos Interiores
- Comprometido con las iniciativas relacionadas del cuidado y la adecuada utilización del material y de las instalaciones del instituto,
- Crea iniciativas lúdicas para los tiempos de recreo,
- Se encarga del orden de los materiales en las clases, participa en la gestión de la biblioteca escolar…
El Ministerio del Aprendizaje
- A cargo de exponer a los órganos de gobierno y de coordinación didáctica las sugerencias y reclamaciones del grupo al que representan,
- Estar atento a las necesidades tanto pedagógicas como de aprendizaje que se comenten en el grupo,
- Animar al grupo a la realización de proyectos educativos más allá del currículo y de los tiempos de aula,
- Mediar en conflictos sobre opiniones e ideas,
- Proponer desafíos cognitivos, adivinanzas, clubs de conocimiento para el recreo y otras actividades extraescolares…
El Ministerio de los Ministerios
- Que coordina y ofrece apoyo a todos los anteriores y fomenta su participación,
- Se asegura de que todos los representantes ganadores participen y contribuyan,
- Orienta el trabajo, asiste a las reuniones de las Juntas de Delegados y del Consejo Escolar,
- Colabora en la rotación para una nueva convocatoria de elecciones por sorteo…
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Acompaña al gobierno
Una de las claves de elegir a los representantes estudiantiles al azar es que todos tengan las mismas posibilidades de aprender a liderar, planificar y ejercer sus funciones con responsabilidad.
Genera oportunidades para los que los distintos Ministerios tengan tiempo de reunirse y cumplir con su trabajo. Puedes acompañar el proceso, ejerciendo como facilitador al comienzo de las sesiones, para lanzar el trabajo, y volver al final, para cerrar y recoger las iniciativas prácticas.
El secreto está en la rotación
Las legislaturas que duran todo un curso privan a nuevos alumnos de participar en el gobierno. Por otro lado, las rotaciones mensuales o bimensuales no dan el tiempo de hacerse efectivas.
Prueba a hacer rotaciones trimestrales o semestrales de acuerdo al calendario y a las posibilidades de tu escuela. De este modo, se pueden duplicar y hasta triplicar las oportunidades de aprendizaje.
Las rotaciones generan una mayor motivación concentrando el tiempo de actuación en formatos más cortos y permiten traer nuevas ideas y energía para revitalizar iniciativas durante todo el curso.
Ten en cuenta que en todo cambio de gobierno será importante que la transferencia de poderes e iniciativas se haga de forma ordenada coordinando a los representantes salientes y a los entrantes.