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En la siguiente videopíldoras producida por Escuela21, Andrea Martínez, profesora de 3º de la ESO del colegio Vedruna Sagrada Familia de Sevilla, nos explica con un ejemplo práctico, como llevar a cabo la coevaluación en el ámbito de la educación secundaria. En el vídeo descubriremos cómo esta estrategia promueve el crecimiento colaborativo y el desarrollo de habilidades críticas en los estudiantes.
Explorando obras literarias: la dinámica de la evaluación mutua
En esta actividad, los estudiantes se sumergieron en la creación de vídeos sobre fragmentos específicos de la obra «Cantar de Mio Cid». Cada grupo asumió la responsabilidad de analizar y presentar su visión única del contenido asignado, fomentando así una exploración profunda y diversificada del material literario.
Coevaluación: un enfoque constructivo
Andrea introdujo el concepto de coevaluación, donde los propios estudiantes se convierten en evaluadores de los trabajos de sus compañeros. En lugar de asignar calificaciones numéricas, se empleó una rúbrica diseñada para identificar áreas de mejora. Este enfoque promueve la responsabilidad, la autoevaluación y el pensamiento crítico.
"Una vez vistas las presentaciones, tienen una rúbrica compartida en sus classroom donde no había que puntuar ni evaluar a los compañeros con una nota sino haciendo propuestas de mejora."
La riqueza de las propuestas de mejora
Los estudiantes, armados con la rúbrica, identificaron y propusieron mejoras para los proyectos de sus compañeros. Esta fase crucial fomentó la reflexión individual y grupal, nutriendo un ambiente de aprendizaje activo y participativo.
"En lugar de recibir correcciones de un profesor, los alumnos visitaron los grupos cuyos trabajos evaluaron, compartieron sugerencias de mejora y decidieron de manera conjunta si realizarían cambios en sus proyectos. Esta coevaluación entre compañeros resultó más natural y distendida."
La ronda de retroalimentación
La coevaluación no se limitó a una evaluación pasiva. Se organizó una ronda de retroalimentación, donde representantes de cada grupo compartieron sus sugerencias con los demás. Este intercambio enriquecedor permitió que las ideas fluyeran libremente, estableciendo una plataforma para el crecimiento conjunto.
La decisión empoderada
Finalmente, cada grupo tuvo el poder de decidir si implementaba las sugerencias de mejora sugeridas por sus compañeros. Este acto de autonomía reflejó la madurez y el compromiso de los estudiantes con su propio proceso de aprendizaje.
En conclusión, la coevaluación en colegio Vedruna Sagrada Familia de Sevilla no solo es una estrategia pedagógica, sino un testimonio de cómo la transformación educativa se manifiesta en la práctica haciendo partícipes a los alumnos de su aprendizaje. Al empoderar a los estudiantes para evaluar y mejorar, se fomenta un aprendizaje profundo, colaborativo e integral. Este enfoque refleja la visión de Escuela21, donde la innovación educativa impulsa la excelencia y la participación activa.
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