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A la vanguardia del diseño de espacios educativos
El Ørestad Gymnasium de Copenhague nos recibe con los brazos abiertos de Morten Smith-Hansen.
El exterior de esta escuela21 es un gran cubo de cristal cubierto con escamas de colores que controlan la iluminación. Los naranjas, amarillos, azules y verdes son su seña de identidad.
En su interior todo es transparencia, con muros de cristal invisibles y ocho plantas unidas por una enorme escalera central de caracol que vertebra y comunica todo el edificio. El blanco, la madera y el cristal representan el ADN de su cadena de aprendizaje.
Esta escuela21 es uno de los edificios educativos más vanguardistas del mundo. La autonomía que el Ørestad Gymnasium concede al estudiante inmortaliza el aprendizaje. Pasarán las generaciones y toda innovación siempre tendrá un espacio en una planta u otra de esta espectacular caracola.
La transformación educativa, cuestión de tiempo
Morten Smith-Hansen es danés, pero en los correos que intercambiamos firma como Martín. Es profesor de español, y lo habla mejor que yo.
Juntos recorremos la escalera de abajo arriba y de arriba abajo, mientras saluda a alumnos de todas las edades y me cuenta cómo se aprende en un espacio donde todo el mundo ve a todo el mundo, a la vez y constantemente. «Muy sencillo», me dice, «es cuestión de metodología y de organizar el tiempo». El diseño de Ørestad Gymnasium prima la comunicación, el diálogo, el encuentro y la observación en busca de la inspiración.
Veo a los alumnos trabajando en grupos por doquier. El aprendizaje cooperativo conquista buena parte del espacio. Nos cuesta distinguir quienes son los profesores.
También hay muchos estudiantes trabajando solos, en sillones, centrados sobre sus libros y en la pantalla de sus variados dispositivos.
«Probablemente, estén estudiando en su tiempo libre», comenta Morten, «algunos días de la semana, entre módulo y módulo, los alumnos pueden elegir qué hacer, y normalmente invierten el tiempo en acabar proyectos, estudiar o trabajar en grupos. Disponen de tiempo libre, les concedemos autonomía para que sean capaces de aprender a ser responsables».
Las escuelas21 apuestan por simplificar el horario con el objeto de maximizar el aprendizaje. Para lograrlo, se apoyan en sus estructuras digitales, en la metodología del PBL, en la evaluación continua y variada, en la conquista del espacio dotándolo de nuevas identidades
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Una cuestión de horario
En el Ørestad Gymnasium han dividido el horario del día en cuatro módulos, y cada módulo dura 100 minutos.
En estos módulos el profesor puede trabajar por proyectos o elegir otra metodología, pero haga lo que haga se apoya en su edificio digital.
El Ørestad Gymnasium ha construido su dimensión digital de acuerdo al diseño de las escuelas21; por eso, se puede permitir el lujo de que los alumnos se muevan con libertad y elijan a qué altura de la caracola se instalarán.
A su vez, dentro de cada módulo, distingue el tiempo de presentación y de transmisión, el tiempo de trabajo en equipo y el tiempo de atención individual. De este modo, también el diseño del horario, y no solo el espacio o la metodología, media en el comportamiento de alumnos y profesores.
Las escuelas21 apuestan por simplificar el horario con el objeto de maximizar el aprendizaje. Para lograrlo, se apoyan en sus estructuras digitales, en la metodología del PBL, en la evaluación continua y variada, en la conquista del espacio dotándolo de nuevas identidades.
Diseñan el tiempo con un horario modular de sesiones que oscilan entre 80 y 100 minutos de duración. En cada módulo, a su vez, se apoyan en criterios pedagógicos para sacar el máximo partido.
¿Qué puedo hacer yo en mi escuela?
Apuesta por la organización modular
Las escuelas21 han iniciado sus caminos de transformación en sesiones más largas. Tienen una duración media de 90 minutos y se apoyan en el PBL o en modelos de programación, como paletas y matrices, con seis escenarios diferentes para su desarrollo.
Escenario 1: una semana especial
Es el modelo más sencillo para el inicio de la transformación. Una o dos veces al trimestre, todo el centro cambia de horarios durante una semana y se centra en proyectos, con más autonomía en el uso de los espacios.
Es una práctica que permite la reflexión después de la acción para pasar a escenarios más completos.
Escenario 2: un día de proyectos
Este modelo es el más extendido por la red de escuelas Big Picture Learning.
Con él han bautizado el último día de la semana como el «Project Friday». Todos los viernes del año, el horario pasa a ser modular y trabajan por proyectos.
Es una iniciativa que vincula a todos los alumnos y profesores, pero que no supone una transformación radical y anima a evolucionar hacia modelos más integrados (como los siguientes).
Escenario 3: una parte del currículo
Este modelo implica la transformación del tiempo en dos, tres o cuatro áreas. Es un comienzo reducido que no afecta a todos los profesores y que facilita la transformación pausada.
Las áreas se agrupan en módulos similares a los que hemos visto antes.
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Escenario 4: una franja horaria
Se elige la introducción de módulos a primera hora de la mañana, durante el día o al final, y se sostiene este diseño durante toda la semana o, al menos, tres días por semana.
Este modelo implica a más profesores que el anterior y hace avanzar a la escuela en su transformación.
Es el preferido por una gran parte de las escuelas21 que cuentan con grandes proyectos equilibrados con otras asignaturas más estancas.
Escenario 5: espacios de libre elección
Muchas escuelas21 han potenciado la autonomía en el aprendizaje buscando momentos de completa libertad para los alumnos.
De este modo, como en el Ørestad Gymnasium o en la red Kunskapsskolan, hay dos o tres módulos semanales, de al menos una hora de duración, donde los alumnos eligen cómo invertir su tiempo de aprendizaje.
El centro se abre por completo y cada cual busca el espacio que necesite.
Escenario 6: todo el año y todo el currículo
Es el caso del instituto High Tech High o Quest to Learn, que después de crecer con los escenarios anteriores han reformado por completo el horario de su currículo.
Apuesta por la criterios metodológicos
No te guíes exclusivamente por el contenido para dividir el tiempo. Apoya al profesorado para que en cada módulo disponga de:
- Una estrategia grupal de apertura para centrar la atención, focalizando en las pautas del módulo y recopilando los avances anteriores.
- Momentos breves, directos y claros de transmisión de contenidos.
- Tiempo para el trabajo en grupos cooperativos.
- Espacios de asesoramiento individualizado apoyados en los roles de tutorización entre iguales.
- Una estrategia grupal de cierre del módulo, centrándose en los conceptos principales y poniendo a todos al día sobre el trabajo de cada grupo.
6 Pasos para repensar la distribución del tiempo en la escuela: el modelo del Ørestad Gymnasium
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